Cada vez son más los avocados a la construcción de casas ecológicas en todo el mundo. Las hay de varias formas y materiales pero en sí todas buscan contribuir con la protección del planeta y sus recursos, a la par de ahorrar dinero y energía. Este tipo de movimiento incluye a grupos tanto de profesionales (arquitectos, ingenieros) como a gente común, embarcados en la misma carrera, y dentro de las opciones propuestas los hogares más rústicos y ecológicos son los construidos completamente con tierra, barro, adobe o cob.
La tierra como elemento constituye una tercera parte del planeta. Es un material vivo que purifica toxinas, y está presente en cada lugar. Trabajarla requiere del consumo de baja energía por lo que, y desde el punto de vista de la sustentabilidad, es el mejor material para la construcción, y a diferencia de trabajar edificando con adobe, el usar solo tierra como material, permite que la paja se degrade contribuyendo a la riqueza húmica del suelo.
Lo asombroso de esta tendencia es que, básicamente, la gente construye sus hogares con lo que hay “ahí”, en ese preciso lugar, lo que significa ahorro en todos los sentidos: evitan el transporte de materiales desde otros sitios, agilizan tiempo y ahorran dinero además de energía. Obviamente todo esto respaldado por una filosofía de vida.
En este caso el material de construcción se conoce como «cob« (modo en que en Inglaterra se denominaban a masas redondas de tierra para levantar casas, y se trata solo de tierra que es moldeada cuando está húmeda).En algunos lugares se denomina también cob al adobe, este último contiene paja, arena y arcilla; y en su versión más moderna los arquitectos sustentables le incorporan cola, leche y aceite de lino para proveerle impermeabilidad y flexibilidad en caso utilizarlo para exteriores.
El peso de la tierra como material de construcción es también fantástico, además de tener la cualidad de almacenar frío o calor por largos períodos de tiempo. Esto significa que cubre los requerimientos de lo que se llama técnicamente una construcción solar pasiva: literalmente la casa almacena el calor que le provee el sol en las horas en que está expuesta y luego lo libera para calefaccionar el ambiente a medida que la radiación disminuye, más aun por la noche.
Otra de las ventajas de la construcción con tierra (ya sea adobe o COB), es que las técnicas son muy sencillas de aprender, y por ende de poner en práctica, lo que significa un rápido acceso y una herramienta para muchos.
¿No es maravilloso? Valerse de materiales nobles en estado natural, asesorarse para obtener los mejores resultados con los ingenieros y arquitectos calificados para la bioconstrucción, al mismo tiempo en que se ahorra dinero y contribuye a la conservación del medioambiente. Lo más genial aun es que el futuro habitante se involucra en la edificación y que en definitiva se logra además de un hogar funcional y sustentable, una pieza arquitectónica única, pura y de gran belleza.