
Labores artesanales con las puntillas y los encajes conforman una tendencia en alza que admite combinaciones insospechadas. Es el nuevo, romántico.
Las labores llevan largos siglos adornando con delicadeza y elegancia nuestros hogares y también nuestras vestimentas. Tuvieron su momento de gloria hace dos generaciones, luego cayeron en desuso y ahora recobran un lugar destacado en decoración.


Vuelven con fuerza reproducidas en bordados, encajes y blondas, juegan con sus bellas texturas y ofrecen a las casas un toque tradicional y sofisticado al mismo tiempo. El clásico tapete de la abuela se versiona y ahora se confecciona en ricos tejidos, como seda, y en colores elegantes y actuales, como negros, grises o granates.

Las propuestas que te mostramos en estas páginas puedes adquirirlas en tiendas, pero si aflora en ti el auténtico espíritu de las manualidades, esperamos que estos diseños te inspiren para hacer composiciones similares de ganchillo.


Para que los ambientes creados no presenten una estética demodé, selecciona dibujos atemporales (medallones, flores, hojas…) y combina los complementos de ganchillo con algunas piezas caladas de apariencia más contemporánea.
En este sentido una buena apuesta son los manteles individuales de plástico troquelado. También encontrarás a la venta vinilos adhesivos, que se muestran desde hace meses como auténticos protagonistas para personalizar paredes y ventanas, con diseños horadados, unos modelos que siguen así la misma imagen ligera a la vista que las propuestas de croché.
Para lograr unos espacios con el encanto de antaño, la ropa de cama con vainicas, los tapetes de punto y los visillos bordados se pueden elegir en la gama del blanco, siempre dulce y luminosa.
Aunque si prefieres ofrecer una pincelada más atrevida, puedes aplicar colores de moda, como el verde, el lavanda o los vibrantes naranja, rojo y azul eléctrico.

Mención aparte merecen las puntillas (labor estrecha que forma ondas o picos en una de sus orillas), que se colocan en el borde de una toalla, sábana o funda de cojín, entre otras piezas, para aportar un toque exquisito a estos complementos textiles.
Otra idea original es utilizarlas para cubrir un vasito portavelas de cristal con el fin de reforzar de este modo la calidez de esta sugerente, mágica y romántica luminaria.

